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Las cookies informáticas, esas pequeñas solicitudes que se aceptan a menudo sin mucha reflexión al navegar por la web, poseen implicaciones significativas que a menudo pasan desapercibidas para muchos usuarios. La razón principal de esta aceptación rápida y a menudo inconsciente radica en la necesidad de acceder a contenidos o servicios en línea de manera expedita. Sin embargo, es esencial comprender en detalle qué representan y qué información recopilan.

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A diferencia de lo que comúnmente se cree, las cookies no son una forma de spam ni constituyen un riesgo de seguridad por sí mismas. Son, más bien, pequeños archivos enviados por los sitios web que se visitan y que se almacenan en los navegadores. Su propósito principal es recopilar datos sobre la actividad en línea, lo que permite a las empresas y anunciantes adaptar y personalizar la publicidad que se muestra según los intereses y comportamientos de los usuarios.

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Estos archivos pueden recopilar una amplia gama de información, incluidas direcciones de correo electrónico, contraseñas, números de teléfono, direcciones IP, sistema operativo, tipo de navegador y páginas web visitadas previamente. Es importante destacar que las cookies pueden ser de dos tipos: propias o de terceros, y temporales o permanentes.

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Las cookies propias son generadas por el sitio web que se está visitando, mientras que las cookies de terceros provienen de servicios externos, como anunciantes, y a menudo se utilizan para realizar seguimiento de la actividad del usuario en varios sitios. Por otro lado, las cookies temporales, también conocidas como “de sesión”, tienen una vida útil limitada y se eliminan automáticamente cuando se cierra el navegador. En contraste, las cookies permanentes, o “persistentes”, permanecen en los dispositivos hasta que se borran manualmente.

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Recientemente, Google Chrome ha anunciado importantes cambios en su política de cookies con el objetivo de mejorar la privacidad del usuario en línea. Estos cambios incluyen la eliminación gradual del acceso a cookies de terceros para algunos usuarios a partir de principios de 2024, con planes de extender esta medida a todos los usuarios hacia mediados del mismo año. Esta iniciativa busca limitar la capacidad de las empresas para rastrear y perfilar a los usuarios en línea, aunque ha generado debates sobre su efectividad y repercusiones en la industria publicitaria.

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A pesar de las restricciones en las cookies de terceros, las cookies de origen seguirán desempeñando un papel fundamental en la experiencia de navegación en la web. Estas cookies, generadas por el sitio web que se visita, almacenan información relevante para mejorar la usabilidad y personalización de los sitios, como preferencias de idioma, datos de inicio de sesión y detalles del carrito de compras en línea.

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En resumen, las cookies informáticas, aunque a menudo pasan desapercibidas, tienen un impacto significativo en la experiencia en línea y plantean importantes consideraciones de privacidad y seguridad que los usuarios deben tener en cuenta al navegar por la web.

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